Cuando el operador fue seleccionado para prestar servicio en cuatro rutas entre Colina, Til Til y Santiago, se abrió una nueva etapa para la movilidad eléctrica en Chile: el transporte interurbano. A diferencia de los proyectos urbanos previos, este requería un enfoque operativo y técnico completamente distinto.
Entendimos desde el inicio que no se trataba de un proyecto convencional. Las rutas eran más extensas, la operación más exigente y los requerimientos técnicos significativamente diferentes. Por eso, adaptamos nuestra solución a la medida. Financiamos la adquisición de 40 buses eléctricos tipo pullman, diseñados específicamente para trayectos interurbanos, con mayor autonomía, capacidad para equipaje y confort para los pasajeros.
Acompañamos al operador en la estructuración del modelo técnico y operativo, asegurando que cada componente respondiera a las condiciones reales del servicio. También ajustamos la solución financiera para garantizar su sostenibilidad en el tiempo.
Este proyecto marca un hito: es el primer servicio de transporte público eléctrico interurbano de pasajeros en Chile. Más allá de su carácter pionero, demuestra que la movilidad eléctrica es viable incluso en entornos complejos, siempre que exista una estructura sólida, experiencia y capacidad de ejecución.